Escapada a Toledo con acceso a 7 monumentos

El punto de partida de esta escapada será la Plaza Zocodover, la plaza mayor de la ciudad y eje neurálgico. Allí te toparás con el Alcázar de Toledo. Lo más bonito de esta fortaleza está en el exterior así que te recomendamos que lo rodees para ver todas sus fachadas. En su interior alberga el Museo del Ejército y la Biblioteca de Castilla La Mancha, desde donde se aprecian unas vistas espectaculares a la ciudad. Si quieres ver su interior, la visita completa al Alcázar te llevará al menos 2 horas. La entrada se compra allí mismo pero debido a que no dispones de mucho tiempo, puedes prescindir de entrar. Si te apetece subir hasta la cafetería de la Biblioteca del Alcázar, de entrada gratuita, desde allí podrás disfrutar de unas vistas espectaculares a la ciudad mientras descansas o te tomas un café. Al salir, dirígete a la Catedral Primada de Toledo. Esta gran catedral de estilo gótico con influencia francesa, se empezó a construir en 1226 sobre los cimientos de la catedral visigoda del siglo VI, que fue utilizada también como mezquita. Nada más llegar te impresionará la belleza de su arquitectura. Si le das una vuelta al edificio, descubrirás sus tres magníficas fachadas: la fachada principal, la Puerta del Reloj y la Puerta de los Leones. Si quieres entrar, el tique se compra en el mismo recinto, no hay otra opción. En su interior se encuentra la Sacristía Mayor, de relevante importancia debido a que es donde se expone el famoso cuadro de “El Expolio”, de El Greco, famoso pintor que residió en Toledo. Su campana, la más grande de España con 18 toneladas, es otro de los elementos destacados de esta construcción.  Una vez hayas visitado la Catedral Primada de Toledo, es hora de iniciar tu visita guiada. Tu guía te estará esperando en la plaza del ayuntamiento para darte tu pulsera turística y explicarte la historia de tres monumentos célebre de Toledo: la Iglesia de Santo Tomé, modesta pero de gran valor por lo que alberga en su interior, el famoso cuadro de El Greco, llamado “El entierro del conde de Orgaz”; la Sinagoga de Santa María la Blanca, de estilo mudéjar que destaca por su interior ornamental y sus paredes blancas con arcos de herradura, y el Monasterio de San Juan de los Reyes. Este monasterio lo mandó construir Isabel la Católica como lugar para sepultar sus restos mortales y los de su esposo. Aunque finalmente no fue así, te puedes hacer una idea de la dedicación con la que se construyó este monumento.  Después de visitar estos monumentos, es hora de continuar tu ruta por libre. Por supuesto, para acabar el paseo por las tres culturas no puede faltar la Mezquita del Cristo de la Luz, incluida en tu pulsera turística. Cierra, como la mayoría de monumentos en Toledo, a las 17:45h, así que procura estar como mínimo 30 minutos antes. Sus elementos arquitectónicos y decorativos son una muestra en miniatura de la Mezquita de Córdoba, así que seguro que esta joya de arte islámico y las leyendas que esconde no te dejarán indiferente. Después de esta visita, ya estarás en el centro histórico donde podrás hacer algunas compras, tomar algo en alguna terraza o buscar un lugar donde cenar y disfrutar de Toledo de noche, una ciudad preciosa.