En Nativics hemos diseñado este itinerario de fin de semana para que descubras Zaragoza de la mejor manera y sin esperas. Este plan incluye el itinerario con los lugares de interés más relevantes de la ciudad, 2 noches de hotel en el centro de Zaragoza y la mejor ruta para que no te pierdas nada.
Alojamiento en hotel céntrico en Zaragoza
Itinerario personalizado para que no te pierdas nada de la ciudad en tu fin de semana
Vuelos
Coche de alquiler
Servicio de recogida y retorno al hotel
Otras entradas no mencionadas
Otros traslados no mencionados
Guía turístico
Si quieres añadir transportes para llegar hasta Zaragoza, si necesitas un coche de alquiler en Zaragoza, si quieres añadir o quitar días a la experiencia propuesta o si quieres personalizar tu viaje, no dudes en contactar con nosotros y buscaremos la opción que más se adapte a ti.
Una vez llegues a Zaragoza, instálate en el hotel que hemos seleccionado en el centro de la ciudad. Aprovecha para descansar y recargar pilas o dar un paseo por los alrededores. Esta noche la puedes destinar a cenar de tapeo en una de las zonas más animadas: Santa Marta, San Miguel, El Tubo, Plaza España… Aquí encontrarás platos, raciones, tapas y pinchos típicos de Aragón. Si buscas cenar más relajado, una buena opción es el Meli Melo, un restaurante que mezcla tradición y vanguardia y con precios razonables. Tiene mucho éxito por lo que siempre es mejor reservar si no quieres esperar a tener tu mesa. Si te apetece un menú degustación de autor, el restaurante Gamberro dispone de diferentes menús cerrados y experiencias, previa reserva. Cerca de allí, hay mucho ambiente y locales de copas.
Migas aragonesas
Bacalao ajoarriero
Borrajas con patatas
Ternasco al horno
Pollo al chilindrón
Magras con tomate. Las magras son lonchas gruesas de jamón.
Huevos al salmorrejo (con dos erres)
Frutas de Aragón
Adoquines del Pilar
Empezamos el día en pleno centro de Zaragoza, concretamente en las murallas de Caesaraugusta. Estas murallas, declaradas Bien de Interés Cultural, fueron construidas por los romanos, quienes otorgaron el nombre de Caesaragusta a la ciudad, en honor a su fundador Caesar Augusto. Después del paso de los siglos y tras años de conquistas de visigodos, musulmanes y cristianos, este nombre derivó en el nombre que conocemos en la actualidad: Zaragoza. Por esta razón, creemos que no hay mejor manera que empezar nuestra escapada a Zaragoza entrando a lo grande, por la Muralla Romana de Caesaraugusta. Justo a su izquierda, antes de entrar a la Plaza del Pilar, se alza una gran torre, es el Torreón de la Zuda, construida durante la invasión musulmana durante el siglo VIII. Esta torre la verás varias veces a lo largo de tu estancia en la capital aragonesa ya que se ve desde el Río Ebro, que pasa justo enfrente de ella. Continuando con la Muralla, en el otro extremo derecho, ubicado en la misma Avenida Cesar Augusto, se encuentra el Mercado Central, un local lleno de puestos de fruta, carne, pescado, charcutería, flores y otros productos locales. No es nada turístico por lo que es perfecto para conocer los productos de la zona y sentirte como un auténtico zaragozano. No es un mercado muy grande por lo que no te quitará mucho tiempo. Además, si te apetece, dentro encontrarás algunas cafeterías donde tomar algo o comerte algún pincho. Como todo en está ciudad, está de lo más animado. Este mercado está abierto de lunes a viernes de 9h a 14h y de 17:30h a 20h, y los sábados hasta las 14:30h.
Una vez pasada la muralla, entrarás en la plaza más importante de Zaragoza y eje neurálgico de la ciudad: la Plaza del Pilar. En ella se llevan a cabo las celebraciones y eventos más importantes. Las más conocidas son las Fiestas del Pilar, en octubre, a las que acuden viajeros de todo el mundo. Sin duda alguna, es un lugar imprescindible para los zaragozanos y los turistas ya que alberga la Basílica de Nuestra Señora del Pilar y la Catedral (Seo). Además, en esta plaza rectangular hay varias terrazas y cafeterías donde sentarte y contemplar la imponente Basílica del Pilar y la Catedral. Una estampa digna de admirar… Ya te adelantamos, que no vas a poder parar de hacer fotos y vídeos. Y si quieres hacer algunas compras, en sus alrededores también hay varias tiendas donde comprar recordatorios, objetos religiosos o dulces típicos como el adoquín o las frutas de chocolate. Continuamos nuestra ruta visitando el interior de la Basílica del Pilar, una de las catedrales más grandes del mundo y cuya tradición cuenta que fue el primer templo mariano de la cristiandad. Famosa en todo el mundo, en su interior, en la Santa Capilla, se halla la Patrona de la Hispanidad, de Zaragoza y de la Guardia Civil: la Virgen del Pilar. Llamada así porque se encuentra encima de un pilar que, en realidad, es de jaspe. Además de la Virgen, esta catedral es preciosa tanto en su exterior, con sus torres que se ven desde lo lejos, como en su interior donde podrás encontrar diferentes obras de arte de Goya y pinturas del pintor Antonio González Velázquez, un retablo mayor elaborado en alabastro, así como otras sacristías y varias capillas más destinadas a Santa Ana, San José, San Antonio de Padua, San Braulio, San Agustín, Santa Rosario, San Pedro Arbués, San Lorenzo, San Joaquín y el apóstol Santiago. Como nota histórica, en las paredes podrás encontrar colgados los misiles que se lanzaron durante la Guerra Civil y que no explotaron por lo que no consiguieron destruir la Basílica. Si te fijas bien, también verás en el techo, el boquete que dejaron. Una vez termines tu visita, no te olvides de pasar por la pequeña tiendecita que hay en la salida. Allí venden las famosas cintas con la medida de la Virgen, como símbolo de protección de los enfermos y viajeros. De hecho, difícilmente no verás a un zaragozano sin esta cinta en el coche, la moto, el carrito del bebé… Así que si estás pensando en llevar algún detalle de recuerdo, nada más significativo que esta cinta. Si te apetece disfrutar de las vistas panorámicas a la ciudad, puedes subir a la Torre Mirador del Pilar. Esta torre no tiene acceso desde el interior de la Basílica, sino que la entrada se hace desde uno de los lados del Pilar, concretamente en la torre de San Francisco de Borja. Desde allí, un ascensor de cristal panorámico te subirá 62 metros en unos 20 segundos. Eso sí, después deberás hacer el resto de la subida (18 metros) por las escaleras en caracol. No te preocupes porque hay dos tramos donde parar a descansar antes de llegar al gran mirador acristalado, ubicado a 80 metros de altura y con unas vistas espectaculares de 360º a la ciudad, con el río Ebro a un lado y las cúpulas de la Basílica, al otro.
Una vez vista la Pilarica, toca descubrir la Catedral de la Seo (también llamada catedral del Salvador), ubicada en la misma plaza. La entrada se adquiere en el mismo recinto. Al terminar tu visita, entre la Basílica y la Seo, se encuentra el Museo de La Lonja. El acceso es gratuito y su interior alberga exposiciones temporales. Este edificio, declarado Bien de Interés Cultural, es de una gran importancia y belleza ya que está considerado como uno de los edificios civiles más importantes del siglo XVI en España, donde se llevaban a cabo las relaciones comerciales y mercantiles. En 1983, esta construcción acogió la sesión constitutiva de la I Legislatura, tras las primeras elecciones autonómicas de Aragón. Con una arquitectura renacentista basada en las Lonjas de Mallorca y Valencia, el diseño interior de La Lonja de Zaragoza está constituido por un gran salón de bóvedas de crucería y tres pisos donde se organizan las diferentes exposiciones temporales. Además, no te puedes perder el caballito de la Lonja, una estatua de bronce que homenajea al antiguo caballo de cartón piedra que utilizaba el fotógrafo Ángel Cordero Gracia para fotografiar a los niños de la ciudad. Estuvo en esa plaza, en ese mismo lugar, sacando sonrisas desde 1925 hasta 1978. Querido por todos los zaragozanos, ahora, niños y familias de todos los lugares, siguen haciéndose fotos y sonriendo encima del caballo de bronce.
Si llega la hora de comer, nuestra recomendación es que te dirijas a la zona de Santa Marta, donde encontrarás diferentes restaurantes, bares y cafeterías. Ideal para probar algunas de las tapas y platos típicos de Zaragoza. Durante la tarde, puedes ir hasta el Museo de los Faroles y del Rosario de Zaragoza, en el interior de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Aquí se guardan los pasos para la procesión de la Virgen del Pilar. Los Faroles y el Rosario de Cristal representan a cada una de las partes del rezo del rosario: Misterios, Padrenuestros, Avemarías, Glorias y la Letanía y están realizados con más de 300 piezas en forma de carrozas y estandartes de cristal iluminados.
Para terminar el día, nada mejor que ver el atardecer desde el Puente de Piedra. Este puente que atraviesa el río Ebro, es el más antiguo de la ciudad y en su recorrido se hallan diferentes miradores con vistas espectaculares a la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, justo enfrente. Si sigues caminando hasta el final llegarás hasta el Balcón de San Lázaro, justo al otro lado del río Ebro. Por la noche, las vistas a la ciudad iluminada y a la Basílica son espectaculares. Al llegar la noche, toca relajarse y disfrutar del ambiente local de la zona de El Tubo. En este barrio encontrarás tascas, bares y restaurantes donde tapear o probar alguno de los platos tradicionales de Zaragoza. No te vayas sin probar el ternasco con patatas, las borrajas, el bacalao ajoarriero o las migas aragonesas. Aquí la gente es muy animada y puede estar tapeando y tomando algo hasta tarde. Así que aprovecha para disfrutar como un zaragozano más.
La Virgen del Pilar mide tan solo 36,5 cm y atrae cada año a miles de peregrinos de todo el mundo que acuden con devoción en busca de su protección y sanación de los enfermos. Antiguamente el manto de la Virgen se prestaba a los enfermos pero, con el tiempo y la demanda generalizada, esto ya no fue posible. De aquí surgió la idea de crear las famosas cintas con el tamaño del Pilar para llevar a quienes necesitaran la curación y protección de la Virgen del Pilar, a quien se atribuyen varios milagros, entre ellos el de Calanda, en el que se restauró una pierna. que había sido amputado.
Este palacio está lleno de historia y arte mudéjar, Patrimonio de la Humanidad. Construido en el siglo XI como residencia de recreo por los musulmanes, a lo largo del paso del tiempo, debido a los diferentes acontecimientos históricos, sus usos fueron cambiando: alcázar islámico hudí, palacio medieval mudéjar, palacio de los Reyes Católicos, fortaleza en el siglo XVI, cárcel durante la Inquisición, cuartel militar y, en la actualidad, sede de las Cortes de Aragón. No queremos desvelarte todos los secretos pero estamos seguros de que su arquitectura y diseño interior, te fascinará… De hecho, el Palacio de la Aljafería es conocido como la pequeña Alhambra. Así que…¡prepara la cámara de fotos!
Como sugerencia especial, si quieres un buen desayuno, antes de ir al Palacio de la Aljafería tómate un chocolate con churros en la Churrería La Fama. Esta churrería la encontrarás en una de las calles que dan a la Plaza del Pilar, a tan solo unos pocos metros, y los domingos en la mañana puedes ver a muchos maños y mañas disfrutando de este desayuno mientras charlan animados. ¡Energía para todo el día!
Para terminar este día y según el tiempo del que dispongas, antes de irte te recomendamos disfrutar una última vez del tapeo de las zonas de El Tubo, San Miguel o Santa Marta. Aprovecha también para despedirte de la Plaza del Pilar y hacer las últimas compras en sus alrededores. ¡No te olvides llevarte algunos de sus dulces típicos a casa!
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